Planteamiento del problema y justificación
En la ley general de educación (MEN, 1994) y documentos posteriores, se han señalado objetivos específicos de la educación media. Sin embargo, en los documentos curriculares (p. ej., MEN, 2006), no se está previendo que las instituciones educativas y los profesores proporcionen la oportunidad a los estudiantes para desarrollar la formación matemática que contribuya a esos objetivos. Por otra parte, las expectativas planteadas en estos documentos están formuladas con diferentes grado de concreción que no facilitan la realización de planeaciones que atiendan los lineamientos planteados en cada documento.
La media es el nivel entre el bachillerato y la vida universitaria, técnica o laboral. Este nivel de educación cuenta con unos objetivos que surgen de su rol articulador. Los objetivos específicos de la media se señalan en diferentes documentos, incluyendo la ley general de educación. Sin embargo, en los documentos curriculares, no se está previendo que las instituciones educativas y los profesores proporcionen la oportunidad a los estudiantes para desarrollar la formación matemática que contribuya a esos objetivos. Con lo anterior, “no se orienta y estimula los intereses de la juventud hacia la gran diversidad de saberes, profesiones y formas de trabajo, y por tanto no se contribuye a la diversificación y especialización de la estructura ocupacional, sin lo cual no es posible crear una capacidad nacional de desarrollo tecnológico y modernización productiva (Gómez, Días y Celis (2009, p. X)).
Tampoco se contribuye a “la inserción creativa y positiva de la juventud en el mundo adulto, ya sea continuando estudios superiores o en el trabajo productivo” (p. 24). Y no permite cumplir “la función de orientación, es decir, generar en los jóvenes capacidades para reflexionar sobre sus ambiciones, sus intereses, y relacionarlos con una comprensión del mercado de trabajo y los sistemas educativos, para que identifiquen futuros intereses y capacidades educativas y ocupacionales, planifiquen y tomen decisiones sobre su vida futura” (p.170).
La normativa colombiana sobre autonomía curricular establece los roles de las autoridades educativas (como el MEN) y de la institución educativa y sus profesores. Las primeras pueden sugerir lineamientos sobre cómo diseñar y desarrollar el currículo de matemáticas; los segundos deben diseñar y desarrollar ese currículo. Por otro lado, las primeras suponen que instituciones educativas y profesores están preparados para ese trabajo (MEN, 2006, p. 7), pero la evidencia muestra que esto no es necesariamente cierto (Gómez y Restrepo, 2012). El proyecto de documentos curriculares de matemáticas para la educación media debe atender a esta situación.